miércoles, 30 de junio de 2010

Muertos por hablar


Muchos de nosotros hemos tenido alguna experiencia cercana relacionada con algún tipo de comunicación con el más allá: sueños, escalofríos o sensación de presencias son algunos ejemplos.
Estas experiencias propias o ajenas son relativamente comunes, sin embargo, la pregunta es, ¿realmente es posible comunicarse con aquellos que ya no habitan nuestro mundo?
Una de las características que nos distinguen de los animales es que nosotros tenemos conciencia de la muerte. Por esta razón, este tema ha interesado desde el inicio de la humanidad a un sin fin de culturas y personas.
Se denomina pensamiento mágico a las interpretaciones que el hombre primitivo daba a los fenómenos de la naturaleza que no lograba explicar, atribuyéndoselas a deidades, espíritus o energías superiores. Este tipo de pensamiento ha tenido su evolución a lo largo de la historia y poco a poco fue reemplazado por la ciencia, sin embargo nunca ha dejado de formar parte de la psique humana.
Algunos grupos de ocultistas explican que las almas de muchos muertos habitan en el plano astral, particularmente aquellas que no han logrado tener conciencia de su propia muerte o continúan aferrados al mundo material y no han logrado despertar en planos más elevados. Ahí, la influencia de sus energías aun puede ser sentida de manera más "notoria" en el plano físico.
Sin embargo, no es necesario ser ningún ente “especial” con cualidades sobrenaturales o con un dones especiales para lograrlo. Es un hecho que todos poseemos naturalmente habilidades psíquicas o extra sensoriales, la capacidad de nuestro cerebro (y sobre todo de nuestra conciencia) es mucho más amplia de lo que creemos o de lo que nos han hecho pensar. No obstante desde niños la educación que nos imparten en las escuelas y en casa han limitado nuestras capacidades, de tal manera que estamos habituados a aceptar como real únicamente lo que es lógico, evidente o sólo aquello que se percibe con los cinco sentidos conocidos.
Se le ha dado una sobrevaloración a la razón en los últimos siglos, aunque al mismo tiempo hoy en día el pensamiento mágico parece haber resurgido, y paradójicamente estar más presente que nunca.
¿A caso es sensato creer que todo aquello que existe sólo pueda ser percibido con escasos cinco sentidos? Sería natural pensar que todo aquello posible a existir lo anulemos de nuestra realidad sólo porque nuestros ojos, oídos, nariz o piel no pueden distinguirlo?
Según la ciencia positiva si dos mentes no tuvieran la medición de los sentidos, no podrían comunicarse. Los ocultistas y metafísicos en contraparte saben que el hombre posee otros sentidos y facultades y que la telepatía es un modo natural de comunicación. Siendo así, y bajo el supuesto de que la mente no es finita, sería quizás posible esta comunicación con quienes nos han dejado físicamente.

Los lazos que unen a las almas son literalmente eternos y a más fuerte la relación mayor es la comunicación telepática que exista entre estas y la muerte no es en ningún caso el fin.
Una buena manera de establecer esta comunicación es mediante la meditación, en nuestra mente todo es posible, en ella no existe el tiempo lineal y en este plano la comunicación ya es distinta, nuestras posibilidades de ser son infinitas y por tanto comunicarnos con cualquier ser existente en este o cualquier otro plano es posible.

Pasar tiempo a solas en la naturaleza nos vuelve increíblemente más perceptivos por lo que pensamientos, sensaciones, recuerdos muy específicos o ideas sobre esa persona y que no sabemos cómo es que llegaron a nuestra mente, son señales de que están ahí.

Entender la muerte es fundamental para vivir, es necesario comprender que todo es un ciclo, todo comienzo lleva en sí un fin. Eventualmente llegará y a decir verdad, la muerte no se rige por la lógica humana. La muerte simplemente es. La vida es un suspiro y nuestras horas físicas limitadas, aprender a aceptar la muerte es liberarnos y liberarlos.
Al insistir en entablar comunicación con personas que han dejado este plano quizás nos haga olvidar a aquellos que siguen en el aquí y en el ahora. Es por tanto fundamental aprender asimismo a comunicarnos con los vivos, con aquellos que aun están presentes, frente a nosotros y con los que aun tenemos temas que resolver, a quienes tenemos que perdonar, amar, agradecer, abrazar, besar, dejar ir, entre muchas otras cosas.
Me declaro una ferviente creyente de que nuestra realidad es influenciada en gran medida por lo que creemos, por esta razón estos fenómenos son simplemente imposibles para algunas personas mientras que para muchas otras es tan factible y real como reconocer el sabor de una manzana.
Al final todo dependerá de aquello que permitas o no entrar a tu realidad. No se trata de ver para creer, se trata de creer para ver…

El texto original fue publicado en "El Fanzine" Nov. 2010
Photo credit: Alba Soler Photography / Foter.com / CC BY-NC-ND
Photo credit: Baltasar Vischi / Foter.com / CC BY-ND



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